Como desarrollar
políticas sobre medio ambiente
La protección del
ambiente es esencial para la calidad de vida de las generaciones actuales y
futuras. El reto radica en combinarla con un crecimiento económico continuo de
manera sostenible y a largo plazo. La capacidad se funda en la creencia de
que unas normas rigurosas estimulan las oportunidades de innovación y
negocio. Existe una estrecha interrelación entre lo económico, social y el
ecosistema.
Unas décadas
atrás, el tema no formaba parte de las principales preocupaciones. Hoy en
día, hubo un cambio de conciencia: la naturaleza en la
cual vivimos no es un recurso inagotable; está instalado en la cultura de
las sociedades actuales y en la agenda pública de los estados. Sin embargo, la
gestión se halla en pañales frente a los urgentes desafíos de las
próximas décadas en donde no es aventurado suponer que asistiremos a un
profundo cambio pero debe ser concertado.
Tomemos como
ejemplo la prevención. La política de protección del medio es uno
de los principios aceptados por gobiernos y entidades internacionales como principio
rector ; proporciona una guía sobre cómo intervenir en los sistemas de modo
menos perjudicial ,como una herramienta para definir las decisiones políticas
que afectan al ambiente, atravesando diferentes disciplinas y
enfocados sobre la calidad de vida de los ciudadanos en el presente
y el futuro.
El Gobierno debe jerarquizar su autoridad no solamente creando un Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, sino que resulte competente en todos los temas relacionados con la naturaleza.
Debería
dar:
-Un impulso prioritario a una normativa sobre ordenamiento ambiental territorial, hoy ausente.
-Impulsar la
urgente sanción de una Ley de Presupuestos Mínimos de Evaluación de Impacto en
el entorno, que establezca consultas y participación ciudadana
e información pública.
-Impulsar la
sanción de una ley que determine un proceso de reconversión de la industria en
funcionamiento en nuestro país, incorporando tecnologías más limpias, así
como una estrategia que asegure la viabilidad económica de la transformación de
este sector y criterios de producción sustentables.
La elaboración de una política sobre este tema regional satisface importantes necesidades para los sectores locales. Cada comunidad regional debería hacer desarrollo sobre su proceso en la región. Exige elaborar un diagnóstico actualizado, definiendo cómo esa realidad, afectada hoy por su entorno económico, social, cultural. Cada región posee una realidad específica sobre sus recursos naturales y potenciales, en su diversidad y magnitud de los problemas que debe enfrentar, en las capacidades y compromisos de sus instituciones y en la población. Asimismo, la política obligaría a cada una a revisar sus desafíos futuros y priorizarlos, estableciendo plazos para sus necesarios y las responsabilidades que correspondan a cada sector público o privado, gremios, organizaciones y las personas en general. La realidad de cada región cambia día a día, por el impacto del crecimiento demográfico, problemas económicos, la introducción de nuevas tecnologías o las pautas de comportamiento de la población.
También pueden
cambiar los recursos de las autoridades y de las personas para
enfrentar los retos ambientales. Todo lo dicho obliga a considerar la política
como un instrumento esencialmente dinámico que debe ser actualizado
periódicamente para adecuarla a las nuevas realidades.
Muchas veces, la falta de coordinación y de planificación de los gobiernos derivó en una total ineficacia política, y significaron volver al principio. Por ejemplo, las pocas veces que se establecieron medidas anti contaminación de los cursos de agua, se accionó contra diversas empresas, pero no se tuvo en cuenta los basureros a cielo abierto, que siempre se encuentran a la vera de los ríos o se vierten líquidos cloacales sin tratamiento alguno, o simplemente se fugan efluentes con la complicidad de ciertos funcionarios que miran para otro lado. Las capacidades dirigidas a frenar el daño que causa la contaminación deben ser total; si se emprende una campaña no se pueden dejar fisuras o empezar por pequeñeces. No sirve enseñar a los niños a juntar papelitos, mientras se permite que una poderosa industria desvíe su efluente contaminante de la planta de tratamiento. No es eficiente hacer un llamado voluntario a un plan de producción limpia, -al cual acudirán los que siempre colaboran, pues aquellos a quienes la producción limpia no les interesa seguirán contaminando.
Ciertas ciudades en la provincia de Buenos Aires, debe formular políticas activas en relación al ambiente, generando nuevas posibilidades y apoyando las iniciativas privadas del Estado; el municipio debería modificar sus reglamentos sobre la problemática ambiental, buscando adecuarlas al panorama de nuevas posibilidades de reactivación económica con la posibilidad de mayor empleo que se impulsa desde el Gobierno, sin que ello apunte a deteriorar el ambiente, siguiendo los lineamientos de preservación y cuidado del entorno, como de sus propósitos para nuevos emprendimientos productivos.
Es necesario:
1) Cumplir plenamente con el espíritu de las leyes y normas ambientales.
2) Participar de
modo activo en la planificación y reforma de los requerimientos del medio
para asegurar su costo- racionabilidad y realización.
3) Proteger y
manejar los recursos como el suelo, agua y vida salvaje de una manera segura
para el medio ambiente.
4) Monitorear
regularmente el desempeño ambiental a través de rigurosas evaluaciones.
5) Brindar soporte profesional, asesoramiento, servicios y recursos para asegurar que se logren, eficientemente, sus objetivos
5) Brindar soporte profesional, asesoramiento, servicios y recursos para asegurar que se logren, eficientemente, sus objetivos
6) Trabajar en
cooperación con otros,
7) Comunicar y
hacer cumplir esta estrategia en todos los sectores.
Sería importante lograr un Acuerdo Marco, a nivel Municipal, Provincial y Nacional. Este acuerdo daría lugar a negociaciones para convenir medidas por sector, según las necesidades y particularidades de cada región en cada caso, teniendo en cuenta el beneficio común de preservar la calidad del entorno. Sus términos conducirían a la seguridad ecológica colectiva en el país y a un desarrollo social más justo y equitativo.
Se sabe el poco
interés que los gobiernos le dan a este tema, especialmente a la no
protección de la naturaleza, que deja huellas significativas en el
país, en el deterioro del clima, con muchas personas
sufriendo las consecuencias. Poco responsable fueron, pese a existir una
ley con su reglamento en el país; se observa una ausencia de
cultura y una ausencia de autoridad que respete todo lo que
la ley encierra en relación a la contaminación del medio, una ausencia de
política en este tema bien definido, con sistemas de control
que muestre a los ciudadanos lo relevante de preservar el
ecosistema.
Hoy se
tiene una escasa conciencia de que el ambiente no es un recurso
inagotable; se está instalando en paulatinamente en nuestra cultura
y en la agenda pública de los estados. Sin embargo, la gestión se halla
aún en el inicio frente a los urgentes desafíos de las próximas décadas en las
que no es aventurado suponer que asistiremos a un profundo cambio
ambiental.
La política
ambiental es un conjunto armónico e interrelacionado de objetivos que se
orientan al mejoramiento del ambiente y al manejo adecuado de los recursos
naturales. A estos objetivos deben incorporar acciones específicas
destinadas al cumplimiento de los mismos, con el respaldo de normas y
procedimientos que permitan lograr su funcionalidad; implica un desafío, y un
compromiso, pues no se debe separar lo ambiental de lo social. q los aspectos
sociales están ligados al ambiente y viceversa, buscando que las personas
sean un aporte a fin de conseguir los objetivos
propuestos, incorporando cambios de actitud en prácticas
diarias de trabajo, pues también se busca que el ciudadano lleve estas nuevas
prácticas a sus hogares, los aplique, y así generar ambientes más saludables,
llenos de vida, elaborados a conciencia, y sobre todo pensando en el legado que
estamos dejando a las futuras generaciones. Los conceptos de gobernabilidad son
fundamentales para la construcción de una política ambiental sustentable.
Una de las
herramientas con las que se cuenta para implementar un cambio en este tema es
la gestión que en términos locales requiere de evidencia rigurosa
sobre el estado del ambiente para orientar la toma de decisiones, tanto de los
actores públicos como privados. La formulación de políticas ambientales a
escala local debe sustentarse en la generación de información verificable para
lograr que las inversiones y acciones de las instituciones públicas, en este
caso los gobiernos locales, se orienten hacia resultados y logren impacto.
El tema ambiental
no puede ser una cuestión exclusiva de los ecologistas.Desde un principio
estos movimientos fueron muy bien manejados, tanto en lo que hace pública como
su capacidad para obtener financiamiento. Los ambientalistas comenzaron a
actuar en tres tipos de organizaciones diferentes:
- Los que abogaban por un ecologismo
"profundo" por lo general despreciaron toda forma organizativa
institucional y prefirieron las pequeñas organizaciones locales, muchas
veces formadas a partir de estudiantes universitarios. Estas
organizaciones a veces optaban por retirarse a lugares aislados, donde
intentaban reconstruir lo que para ellos era el modo de vida original del
hombre (pequeños grupos aislados, auto sostenidos).
Transformándose en un
movimiento redentor y mesiánico, casi fundamentalista, inflexible y poco
apegado a recibir críticas, ni desde adentro ni desde afuera. Su discurso es
generalmente utópico, sin plantear salidas concretas sino ideas generales para
un mundo mejor, lo que lo aleja mucho de los sectores de la población cuyas
necesidades son demasiado inmediatas para aceptar este tipo de movimientos.
Plantea algunas soluciones como la vuelta a la naturaleza. Obviamente inviable, en un mundo donde el 50% de la población es urbana. Muchas veces el ambientalismo ha pecado de cierta ingenuidad que lo transforma usualmente en un movimiento retrógrado y elitista a negarse a analizar otros aspectos de los problemas ambientales que no sean los estrictamente naturales.
Plantea algunas soluciones como la vuelta a la naturaleza. Obviamente inviable, en un mundo donde el 50% de la población es urbana. Muchas veces el ambientalismo ha pecado de cierta ingenuidad que lo transforma usualmente en un movimiento retrógrado y elitista a negarse a analizar otros aspectos de los problemas ambientales que no sean los estrictamente naturales.
- Los otros grupos ambientalistas se
institucionalizaron bajo lo que luego pasó a llamarse en todo el mundo
"organizaciones no gubernamentales" (ONGs). Algunos como grupos
pequeños y medianos, muy focalizados en intereses locales y específicos,
donde se han hecho un importante lugar en la opinión publica, adonde
aparecen como la voz popular que representa los intereses del hombre
común. Si bien en su mayoría han sido grupos de personas pertenecientes a
la clase media, en los últimos años ha crecido el número de organizaciones
ubicadas en áreas de menores ingresos, sobre todo en los barrios urbanos
más pobres, con intereses que están casi siempre ligados a las condiciones
ambientales urbanas. Algunos grupos ambientalistas, por diferentes
circunstancias, comenzaron a crecer y tomaron una dimensión primero
nacional y luego internacional. Entre estos grupos podemos nombrar a
Greenpeace, EarthFirst, Amigos de la Tierra o Conservation Internacional.
Tal vez la historia de Greenpeace es un buen ejemplo:
Un viejo barco atunero con doce idealistas a bordo, que avanza por las aguas de la costa oeste de Alaska hacia el archipiélago de las Aleutianas. Una misión desmesurada: Frenar los ensayos atómicos de los Estados Unidos en la isla de Amchitka, un paraíso de nutrias de mar y aves rapaces. Emilio Salgari, Herman Melville y Jack London parecen haber inspirado esta historia romántica. Pero fue tan real, que marcó el nacimiento del movimiento ecologista y pacifista más extendido y eficaz del mundo.
Los tripulantes eran
activistas antinucleares canadienses, cuáqueros y objetores de inconciencia
estadounidenses, refugiados en Canadá para no participar en la guerra de
Viet-Nam. Se auto-denominaban "Comité No Hagan Olas", en alusión al
maremoto que podría desencadenar una explosión atómica en una zona de gran
actividad sísmica. "Queremos paz, y queremos que sea verde", afirmaba
a la prensa uno de los militantes, poco antes de zarpar desde Vancouver
(Canadá). Por eso rebautizaron al barco con el nombre de
"Greenpeace".
El viaje fue un fracaso. Lo pasaron mareados y peleándose por asuntos menores. Y como no atendieron a ciertos requisitos burocráticos, dieron pie a que los guardacostas estadounidenses los frenaran cuando estaban por llegar a Amchitka. La prueba nuclear se hizo igual.
Pero a bordo iban dos periodistas, que transmitían por radio a sus redacciones todos los pormenores de la travesía. Las noticias frescas alimentaron aún más el enojo de los canadienses contra sus vecinos, y decenas de miles de manifestantes bloquearon durante varios días las fronteras. El Gobierno estadounidense se vio obligado a anunciar que ése sería el último ensayo atómico. Desde entonces, la isla de Amchitka es una reserva ornitológica.
El viaje fue un fracaso. Lo pasaron mareados y peleándose por asuntos menores. Y como no atendieron a ciertos requisitos burocráticos, dieron pie a que los guardacostas estadounidenses los frenaran cuando estaban por llegar a Amchitka. La prueba nuclear se hizo igual.
Pero a bordo iban dos periodistas, que transmitían por radio a sus redacciones todos los pormenores de la travesía. Las noticias frescas alimentaron aún más el enojo de los canadienses contra sus vecinos, y decenas de miles de manifestantes bloquearon durante varios días las fronteras. El Gobierno estadounidense se vio obligado a anunciar que ése sería el último ensayo atómico. Desde entonces, la isla de Amchitka es una reserva ornitológica.
La lección positiva
del viaje se convirtió en una de las marcas de fábrica de la organización: La
mediatización del reclamo y de la protesta. El desafío de la cascarita de nuez
frente a los marines tuvo tal impacto, que grupos de Nueva Zelanda, Australia y
Estados Unidos, sin contacto entre sí, tomaron el nombre de Greenpeace.
La segunda movilización tuvo el mismo sello quijotesco. Fue cuando David Mctaggart, un ex hombre de negocios canadiense, ofreció a los activistas neocelandeses su velero para llegar hasta el atolón de Mururoa, en el Pacífico, donde Francia había ampliado la zona marina de exclusión con miras a sus ensayos atómicos.
La desconexión y la mala relación entre los grupos se agravó a partir de 1974, cuando un sector de Greenpeace en América del Norte decidió apuntar contra la caza comercial de ballenas y la matanza de crías de focas en Terranova, Canadá.
La segunda movilización tuvo el mismo sello quijotesco. Fue cuando David Mctaggart, un ex hombre de negocios canadiense, ofreció a los activistas neocelandeses su velero para llegar hasta el atolón de Mururoa, en el Pacífico, donde Francia había ampliado la zona marina de exclusión con miras a sus ensayos atómicos.
La desconexión y la mala relación entre los grupos se agravó a partir de 1974, cuando un sector de Greenpeace en América del Norte decidió apuntar contra la caza comercial de ballenas y la matanza de crías de focas en Terranova, Canadá.
Para los
antinucleares, era un tema suave. Entretanto, Mctaggart fundó la organización
en países europeos, lo que permitió en 1978 juntar a todos los grupos y crear
Greenpeace Internacional.
Con la unificación también se hicieron comunes las estructuras, las investigaciones científicas y las estrategias, que no han variado mayormente desde entonces. El glosario de Greenpeace incluye términos como campaña, para designar el objetivo a lograr, y acciones directas para llamar la atención sobre un problema, en las que intervienen miembros bien entrenados y, cuando no hay riesgo físico, también voluntarios.
Con la unificación también se hicieron comunes las estructuras, las investigaciones científicas y las estrategias, que no han variado mayormente desde entonces. El glosario de Greenpeace incluye términos como campaña, para designar el objetivo a lograr, y acciones directas para llamar la atención sobre un problema, en las que intervienen miembros bien entrenados y, cuando no hay riesgo físico, también voluntarios.
"Es una especie
de elite, pero en la que cualquiera puede participar. No hay ningún
superhombre", asegura el entrerriano MilkoSchvartzman, quien defendió a
las ballenas a bordo del "RainbowWarrior" (Guerrero del Arcoiris), el
buque insignia de la "flota verde". Jóvenes, creativos, audaces,
entusiastas, abiertos a todas las razas y nacionalidades, resistentes e
insistentes: Ése es el perfil de los militantes en todo el mundo, mujeres
incluidas.
"A igualdad de condiciones se busca promover la presencia femenina -cuenta Verónica Odriozola, ligada a Greenpeace desde 1987, coordinadora de la campaña de tóxicos-. Hay mujeres tripulantes en cargos de oficial, y hasta capitanas; varias de ellas son argentinas, que se formaron en las distintas visitas de los barcos".
Los Guerreros del Arcoiris se enorgullecen de haber tenido parte en muchos logros: La moratoria en la casa comercial de ballenas y en la explotación minera en la Antártida; la paralización de las pruebas nucleares; el cese del vertido de residuos radioactivos al mar; la interdicción de fabricar y comerciar minas antipersonales. La lista es mucho más extensa, e incluye tanto la instauración de tecnologías limpias y explotaciones sustentables, como la presencia de Greenpeace en calidad de observador en numerosos foros internacionales.
Las tareas pendientes no son menos abrumadoras, a las puertas de un mañana apocalíptico que incluye arsenales nucleares, deforestación, contaminación de todo tipo, adelgazamiento de la capa de ozono y cambio climático. Le hacen frente un millar de personas que trabajan en forma profesional en 31 países y 14 centros de campaña, decenas de miles de voluntarios y 3,5 millones de socios, gracias a cuyos aportes la entidad jamás recibe dinero de gobiernos, empresas ni partidos políticos.
- La mística de Greenpeace alentó, contagió y
enhebró a infinidad de organizaciones no gubernamentales en todo el mundo.
No sólo pacifistas y ambientalistas: Activistas de los derechos humanos,
defensores de los derechos civiles, militantes por la igualdad social, y
la inmensa mayoría de quienes luchan por mejorar la vida en el planeta,
han aprendido de su ejemplo que, a la larga, la mejor barrera contra la
destrucción se levanta con información y participación colectiva, y sin
necesidad de resignar la alegría y las ilusiones.
En paralelo a este
tipo de grupos se desarrolló otro. Este era conservacionista con fines
utilitarios y abogaba por la definición de reservas faunísticas. Este responde
a un proceso que comenzó en el siglo pasado en Europa y en Los Estados Unidos,
ligados a las ideas del romanticismo, la visión estética de la naturaleza y el
encandilamiento por lo salvaje. Este proceso tendía a la preservación de lo
natural con fines estéticos y didácticos y buscaba proteger las llamadas
"bellezas naturales" y dio como resultado la creación de los primeros
parques nacionales, hacia la década de 1880.
En paralelo comenzó a construirse toda una institucionalidad alrededor del tema de la preservación, primero con la aparición de las sociedades protectoras de animales en Europa y Estados Unidos, y más tarde con la fundación de las primeras instituciones ambientalistas no gubernamentales, tales como el Sierra Club de California, llamado a tener gran importancia en el movimiento ambientalista.
Por otro lado se desarrollo un movimiento convergente, el llamado "conservacionismo utilitario" que surgía tanto de los primeros pasos de la ciencia forestal, que tenía como objetivo la posibilidad de una explotación sostenible de los bosques naturales, como de las preocupaciones de los cazadores por la disminución de las especies.
Conservacionismo y proteccionismo convergieron para apoyar la formación de la figura del parque nacional, que fue cambiando con el tiempo. Sus orígenes son fuertemente etnocéntricos y racistas en el caso africano y exclusivistas en el caso norteamericano, refiriéndolos a las necesidades de las clases sociales más altas y algunos "iluminados". La función principal era la de preservar las llamadas bellezas naturales y la naturaleza prístina. También deberían cumplir una función didáctica, mostrando la sabiduría de la naturaleza cuando no era contaminada por el hombre.
En paralelo comenzó a construirse toda una institucionalidad alrededor del tema de la preservación, primero con la aparición de las sociedades protectoras de animales en Europa y Estados Unidos, y más tarde con la fundación de las primeras instituciones ambientalistas no gubernamentales, tales como el Sierra Club de California, llamado a tener gran importancia en el movimiento ambientalista.
Por otro lado se desarrollo un movimiento convergente, el llamado "conservacionismo utilitario" que surgía tanto de los primeros pasos de la ciencia forestal, que tenía como objetivo la posibilidad de una explotación sostenible de los bosques naturales, como de las preocupaciones de los cazadores por la disminución de las especies.
Conservacionismo y proteccionismo convergieron para apoyar la formación de la figura del parque nacional, que fue cambiando con el tiempo. Sus orígenes son fuertemente etnocéntricos y racistas en el caso africano y exclusivistas en el caso norteamericano, refiriéndolos a las necesidades de las clases sociales más altas y algunos "iluminados". La función principal era la de preservar las llamadas bellezas naturales y la naturaleza prístina. También deberían cumplir una función didáctica, mostrando la sabiduría de la naturaleza cuando no era contaminada por el hombre.
- Este concepto excluyente y elitista de la
función de los parques nacionales fue cambiando con el tiempo, ante la
acción combinada de la presión demográfica y social y la aparición de un
interés científico y económico por estas reservas. Va creciendo un turismo
asociado a la contemplación de las bellezas naturales y esos recursos paisajísticos
pasan a transformarse en una mercancía: Millones de personas llegan todos
los años a los parques nacionales dispuestos a "disfrutar de la
naturaleza" pero también a consumir y gastar dinero.
Con el tiempo, la noción de reserva dejó de limitarse a la de parques nacionales y aparecieron otros conceptos más amplios, como los de reserva estricta, monumento natural y área protegida, y el número de estos fragmentos territoriales protegidos aumentó considerablemente.
El objetivo específico de estas instituciones primero se concentraban en tipos de acciones muy específicas, pero luego su interés se fue ampliando al uso de los recursos naturales.
Al ser el ambiente
aquello donde vivimos, y de lo que vivimos, tenemos necesidad de admitirlo e
incluirlo en todas las esferas de nuestra realidad; pero esto no puede hacerse
de forma espontánea; depende de los conocimientos, la reflexión y la creación
de una percepción, una conciencia, un comportamiento.
La dimensión de lo
local es clave para enfrentar la problemática, porque en ella es posible
percibir con mayor claridad la naturaleza de los problemas que aquejan a la
población, en donde puede involucrarse la acción directa de las personas y de
los grupos. Es en este contexto, en donde el tema ambiental debe ser una de las
preocupaciones esenciales de las personas y de las comunidades afectadas, a
medida que buscan explotar los recursos para elevar sus niveles de vida o
mejorar las condiciones de su entorno natural. La importancia de un rol más
significativo de la institución municipal está en estrecha relación con el
aumento de instancias de participación democráticas en la vida local.
El ambiente por
consiguiente se relaciona directamente con la calidad de vida del ser humano,
generándose una estrecha relación con la armonía entre la infraestructura del
territorio y cómo interactúa con ella, con la finalidad de beneficiarse de esta
interrelación y alcanzar mejores estándares de calidad de la vida.
Los problemas
ambientales se entienden como las carencias que señalan niveles de
insatisfacción o deterioro y que miden la calidad del ambiente al servicio
racional del hombre, pudiendo hablar de degradación de los recursos naturales,
fenómenos de contaminación y deterioro.
Existe una
difundida percepción de una crisis urbana, de una tendencia apremiante a la
perdida de la calidad de vida en muchas ciudades.
Se observa, junto
al progreso económico, tecnológico, social y cultural, se agudizan
simultáneamente y en formas negativas y la apreciación de una crisis, la cual
no solamente anticipa panoramas muy negativos para la calidad de vida de los
habitantes, sino no que además, constituyen un freno al desarrollo.
El Municipio
manifiesta una alta tasa de proliferación y concentración de masa canina vaga y
callejera, y una alta tasa de crianza de animales en la zona urbana, pero
principalmente no existe una educación sobre hábitos de saneamiento ambiental
en la comunidad en general.
La causa de esto
es:
-Falta de
prioridad política e institucional de la gestión ambiental; escasa presencia en
las propuestas de los gobiernos locales.
-Poca relevancia
de los temas ambientales en los planes locales de desarrollo integral fundamentalmente
en la asignación de recursos económicos y financieros.
-Débil visión de
conjunto de la problemática ambiental, generando una
consideración de los problemas: contaminación, salud, recursos
naturales, saneamiento básico, gestión territorial.
-Desequilibrio
entre el impacto ambiental de los procesos de urbanización y las acciones y
esfuerzos de rehabilitación ambiental emprendidos a nivel municipal, de las
empresas o de la propia comunidad.
-Condicionamientos
y limitaciones de la legislación de los países para una adecuada gestión ambiental
local.
-Insuficiente
definición del papel de los agentes locales no gubernamentales en la gestión
ambiental.
Escasa prioridad a
la acción y participación ciudadana en la gestión ambiental local.
La
preocupación por los aspectos a y el conflicto creciente entre los
actores locales por el uso de recursos naturales necesita de una
gestión que presente nuevas oportunidades para el desarrollo de
insumos y procesos de menor impacto, usando como base
una información organizada y fácilmente disponible, que
permita mejorar la toma de decisiones por los actores involucrados en los
procesos de uso de los recursos naturales.
Uno de los
factores que indudablemente conspira contra la gestión ambiental es la
preocupación de las organizaciones y empresas por los costos que esta decisión
implica, los cuales dependen de factores como el tamaño de la organización, los
tipos de actividades, productos y servicios,
Sin embargo, una
vez implementada la gestión en este sentido, reportará importantes beneficios,
pues además de enfocarse integral activamente los aspectos ambientales,
garantiza una visión homogénea del problema en todas las áreas de la
organización, permitirá el establecimiento de metas y objetivos ambientales
concretos y creara las premisas para el mejoramiento continuo del desempeño
ambiental y la obtención de certificaciones, garantizando una mejor imagen ante
la comunidad y los clientes y mayor competitividad en el mercado.
Por otra parte,
también se reconoce que una mejoría en el desempeño de la naturaleza puede
conducir a importantes beneficios económicos. Este tema siempre
se ha visto como un costo económico para una empresa que por ejemplo no trata
sus aguas y las vierte crudas en el río porque ve sus costos privados, pero no
el gran costo humano que genera por no invertir un poco.
Debemos entender
que el diseño e implementar una política ambiental se erige como una
condicionante importante para lograr la equidad, el desarrollo económico e
indiscutiblemente, el cuidado del ambiente. Dicha política ambiental deberá
reunir características de estabilidad a través del tiempo; consistencia con el
desempeño institucional y general; y de consideración de las capacidades de
liderazgo público y privado, así como de las condiciones económicas, políticas
y sociales municipales.
Aún más, el éxito
de la gestión deberá fundarse en una clara definición de objetivos y
prioridades que, además debe ser congruentes con las necesidades reales de la
sociedad.
La problemática de
una falta de política ambiental
Hace apenas unas
décadas atrás, el ambiente no formaba parte de las principales preocupaciones
de la humanidad. Hoy la conciencia de que el ambiente en el que vivimos no es
un recurso inagotable e invulnerable se está instalando en la cultura de las
sociedades actuales y en la agenda pública de los estados. Sin embargo, la
gestión se halla aún en pañales frente a los urgentes desafíos de
las próximas décadas en las que no es aventurado suponer que asistiremos a un
profundo ambiental del desarrollo y la política.
El ecosistema es
la fijación de un conjunto armónico e interrelacionado de objetivos, que se
orientan al mejoramiento del ecosistema y al manejo adecuado de los recursos
naturales. A estos objetivos se deben incorporar decisiones y acciones específicas
destinadas al cumplimiento de los mismos, con el respaldo de normas,
instituciones y procedimientos que permitan lograr la funcionalidad. Como
parte de un concepto innovador, no se debe separar lo ambiental de lo social.
Hay que tomar conciencia de que los aspectos sociales están ligados al ambiente
y viceversa. Busca que los ciudadanos sean un gran aporte para
conseguir los objetivos propuestos que va más allá de incorporar cambios de
actitud en prácticas diarias de trabajo, en sus hogares y los aplique, generando
ambientes más saludables, elaborados a conciencia, y sobre todo
pensando en el legado que estamos dejando a las futuras generaciones.
Los conceptos de
gobernabilidad son fundamentales.
El continente
americano ilustra muy bien la transición de la pobreza y la contaminación hacia
la riqueza y la salud. Por un lado, Canadá y Estados Unidos son países ricos y
desarrollados que hace muchos años hicieron esta transición. La gente en esta
parte de América generalmente vive muchos años, se beneficia de una economía e
infraestructuras totalmente integradas y tienen pocos
problemas locales como la contaminación, aguas sucias.Esto trae
beneficios a la salud humana, vive más años.
En contraste, los
demás países del continente latinoamericano y las naciones del Caribe, se
encuentran en una etapa temprana de desarrollo. Estos países cuentan con
diferentes prioridades y muchos aún necesitan llevar a cabo la transición para
convertirse en naciones tecnológicamente sofisticadas y completamente desarrolladas.
Muchos de estos países aún sufren del subdesarrollo
y de la carencia de instituciones que permitan el crecimiento
económico. Algunos no cuentan con instalaciones sanitarias básicas y mucho
menos con las tecnologías médicas sofisticadas que disfrutan los países
desarrollados. En lo referente al tema que nos ocupa, nos encontramos con
diversas actitudes: severa, lábil, suave y flexible.
Si la
problemática es de carácter estatal, así debe ser su tratamiento en
la elaboración de planes, programas y proyectos de desarrollo y así también la
articulación de los distintos niveles de toma de decisiones; se debe
tratar de promover el debate y la participación ciudadana, garantizando su
efectividad a través de la educación e información verídica. La falta o
ausencia de una política permite el establecimiento de procesos productivos sin
un control adecuado.
Las reglas del
mercado pueden regular una política y viceversa. Una actitud controladora y
sobre dimensionada puede ocasionar el colapso de un sistema de producción.
Hace mucho que
Argentina carece de política ambiental. En todos los conflictos de raíz
ambiental por los que hemos transitado en los últimos años lo más notable ha
sido el absoluto silencio de nuestras autoridades ambientales. Silencio que
hace creer que no tenemos una oficina que se ocupe del tema.
La evolución de la
política ambiental en la Argentina demuestra que uno de los principales
obstáculos con que ella se enfrenta radica en la ausencia de un definido marco
de distribución y coordinación de competencias entre la Nación y las
provincias, incluyendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para la formulación
de las políticas y la aplicación de la legislación ambiental.
El escenario
institucional ambiental de nuestro país comprende una serie de reparticiones
nacionales, provinciales y locales, con competencias atomizadas, fragmentadas,
que en muchos casos se superponen y hasta se contradicen. Esto genera un alto
nivel de incertidumbre al momento de formular la política y, especialmente, al
momento de aplicarla, lo cual impacta tanto en la calidad de nuestro ambiente
como en la dinámica de la economía.
El diseño de
políticas ambientales debe considerar la estrecha vinculación que existe entre
el desarrollo social, el crecimiento económico y la protección del medio
ambiente, priorizando las necesidades de los países en vías de desarrollo para
el logro del crecimiento económico sostenido y la erradicación de la pobreza.
En este sentido,
los gobiernos locales son los que actúan como primer escalón del sistema
estatal y por lo tanto, los responsables de ejercer influencia sobre los modos
y prácticas de la población de manera de afectar estratégicamente las
condiciones de producción, consumo y estilos de vida.
El objetivo de una
política ambiental es lograr un desarrollo sustentable, no obstante las
políticas económicas, globales y sectoriales, se formulan sin considerar que
las implicatorias de largo plazo en los objetivos macro económicos, pueden
llevar impacto negativo. Por otro lado la brecha existente entre las
definiciones de en la Argentina y las acciones y resultados concretos,
indican la necesidad de generar herramientas que permitan orientar la toma de
decisiones políticas en función de revaloriza los recursos
ambientales, Se debe desarrollar sobre la base de tres componentes: la
económica, la de índole política e institucional y la relativa al proceso
productivo y el ambiente.
El propósito final
es guiar el desarrollo a fin de alcanzar una calidad de vida satisfactoria para
los argentinos, justa y equitativa. Se proponen los siguientes objetivos:
• Disponer de
información adecuada sobre la cultura y los
ecosistemas nacionales para impulsar su desarrollo.Los ecosistemas naturales en
el país están alterados y altamente explotados. Requerirá
apoyar cambios en la forma en que se utilizan los recursos. La
ciencia y la tecnología -y la obtención de información son
fundamentales en ese proceso.
• Conservar la
diversidad y la información genética: Los ecosistemas naturales del Uruguay han
demostrado una excepcional capacidad de producción sustentada. La conservación
e investigación de los ecosistemas menos alterados especialmente los
ecosistemas de praderas – deben servir de base para la definición de nuevas
tecnologías que permitan la intensificación del desarrollo pecuario y apoyar
otras alternativas de desarrollo. La conservación de humedales, montes y costas
puede requerir su expropiación por parte del Estado o incentivos a los
propietarios. El manejo puede ser atendido por organizaciones especializadas,
públicas y privadas.
• Disminuir los
residuos e incrementar el reciclaje: El concepto de que aún los bienes
utilizados recuperen su valor -a través de reciclaje- está basado en una sólida
experiencia y en un manejo ambiental bien orientado. Este concepto se aplica a
varias escalas de productividad y de densidad de la población. Para
alcanzar este objetivo se requiere incentivos fiscales y
financiamiento que aliente la demanda de bienes a reciclar y desincentive la
dispersión de residuos contaminantes biológicamente no degradables.
• Conservar la
energía e intensificar el uso de fuentes renovables: La política energética es
parte esencial de la política ambiental. El aprovechamiento energético debe
formularse en función de su efecto en la calidad de vida, en la conservación de
fuentes de energía, en la captación de fuentes ambientales benignas y con
potencial uso comercial. Resulta de mucho interés la generación de energía
eléctrica utilizando el potencial eólico del país; si bien esto no incidirá
sustancialmente en la oferta de energía comercial, permitirá en cambio
continuar el desarrollo de dicha tecnología y diversificar las fuentes
tradicionales, en un campo en el que Argentina es altamente vulnerable.
• Mantener el control
ambiental compartido localmente; que sea socialmente relevante requiere de una
concientización de la población; a su vez,
requiere fortalecer el sistema educativo que integrando el individuo
y la sociedad en un contexto donde la ciencia ambiental pueda jugar un papel de
importancia.
Los medios de
comunicación y la organización social existente deberán tener una participación
mayor y más positiva en la difusión, investigación y desarrollo de pautas y
valores ambientales. Al mismo tiempo, esos dos agentes constituyen los más
eficaces mecanismos de control de la calidad ambiental. De igual manera una
legislación ambiental que incorpore el consenso social alcanzado servirá de
apoyo al objetivo de mantener la calidad de vida.
Cada sociedad
tiene una prioridad social, económica o política diferente. El grado de interés
dependerá de la realidad que les toque vivir a cada una de ellas. Es cierto que
la prioridad social de los argentinos hoy se relaciona más con sus necesidades
básicas. ¿Pero no es una cuestión básica el tener en cuenta el cuidado de
nuestro propio planeta?
El ambiente
también necesita de políticas, iniciativas y programas que abarquen los
desafíos que hoy enfrenta el país y el mundo. Pero en la Argentina pasa a ser
un tema más dentro de una larga lista de promesas. Es una decisión de
renunciar a los problemas de fondo. El poder político abandonó el proyecto de
país, por lo que es coherente que hoy también abandone el tema del cuidado del
planeta.
Tal vez entonces
sea hora de que todos lo incluyamos en nuestra agenda.
Nuestra generación
se enfrenta a la oportunidad más extraordinaria de grandeza que ninguna otra
generación en la historia de la humanidad haya tenido jamás. Si no cambiamos
nuestro rumbo y simplemente nos detenemos a dejar que el planeta colapse,
seremos más odiados que ninguna otra generación que haya existido. Las futuras
generaciones sabrán que nosotros éramos conscientes de la peligrosa explosión
demográfica de nuestra especie, de la pérdida de la diversidad, del
calentamiento global, de la contaminación de los mares, el aire y la tierra,
del adelgazamiento de la capa de ozono. Podrán observar que teníamos
información más que suficiente para comprender que los problemas que habíamos
provocado requerían de soluciones: y verán con igual claridad que fallamos para
actuar con la fuerza suficiente para salvar a la Naturaleza. Y nos odiarán por
eso porque habremos cambiado nuestro confort por su futuro.
Buscando una
estratégica adecuada que se entiende como el conjunto de reglas
establecidas para dirimir los conflictos y regular las interacciones entre la
sociedad civil, la empresa privada y el Estado, en relación con el uso,
conservación y restauración del ambiente. Es el conjunto de objetivos,
principios, criterios y orientaciones generales para su protección en
una sociedad particular. La actuación pública es imprescindible para regular y
controlar el uso de los recursos naturales y sus funciones, con el fin de
evitar la sobre- explotación.
Es cada vez más
alarmante como cada día aparecen en los diarios, medios de comunicaciones
visuales, en cualquier parte de este mundo, noticias sobre desastres
ambientales, muchas devastadoras, inundaciones, terremotos, huracanes,
incendios, en donde hay un gran número de víctimas, todo ello, por el problema
del ambiente, efecto invernadero, el deterioro que por años se ha venido
produciendo en el planeta.
Esta realidad
aunque ha sido en los últimos años preocupación por los gobiernos,
especialmente por los países del primer mundo, los logros a favor de la
protección del entorno todavía no logra su verdadero objetivo, como la de
responsabilizar a los países a evitar que se siga deteriorando, que realmente
serespete la manera como los mercados y sus intereses afectan seriamente el
medio ambiental, interesándose más en utilidades económicas, beneficios, que en
la preservación del ambiente.
La política
ambiental se entiende como el conjunto de reglas establecidas para dirimir los
conflictos y regular las interacciones entre la sociedad civil, la empresa
privada y el Estado, en relación con el uso, conservación y restauración del
ambiente. En otras palabras, es el conjunto de objetivos, principios, criterios
y orientaciones generales para la protección del ambiente de una sociedad
particular. Parte del hecho de que la actuación pública es imprescindible para
regular y controlar el uso de los recursos naturales y las funciones
ambientales, con el fin de evitar la sobre explotación o ineficiente
utilización de los activos ambientales. Y en esta dirección, trata de encontrar
arreglos institucionales y medidas de acción capaces de obtener un objetivo de
uso de los recursos naturales y calidad ambiental a través de las decisiones
individuales y racionales de los agentes usuarios de los recursos.
Los estados deben
promulgar leyes eficaces sobre el medio. Deberá constituir parte integrante del
proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada. Cuando haya
peligro de daño grave o irreversible y-ante la falta de certeza científica
absoluta-, los estados deberán aplicar el concepto de precaución. Las
autoridades nacionales deben procurar conocer los costos, teniendo en cuenta el
criterio de que quien contamina, debería cargar con los costos de
contaminación. Deberá adoptarse como herramienta nacional la evaluación del impacto
ambiental de cualquier actividad propuesta. La paz, el desarrollo y la protección son
inseparables.
La gestión pública
es fundamental para regular y controlar el uso de los recursos naturales. Los
Estados materializan estos propósitos en instrumentos de política, que pueden
ser de regulación directa, administrativos y de planificación, económicos y de
educación, información, investigación y asistencia técnica.
En todos ellos se
encuentran políticas relacionadas con todos los instrumentos mencionados; sin
embargo, se enfatiza en los económicos, debido a la lógica del modelo económico
imperante, que deja en el mercado la suerte del ambiente, la equidad social y la
reducción de la pobreza.
Los efectos
acumulados durante años y la reducción de oportunidades productivas por causa
del mal uso de los recursos naturales, difícilmente podrán ser superados en el
corto plazo. Nuestra atención debe centrarse en frenar las tendencias de
deterioro ecológico y sentar las bases para transitar a un desarrollo
sostenible.
Nuestro reto es
entre la sociedad y el estado asumir plenamente las responsabilidades y los
costos de un aprovechamiento duradero de los
recursos renovables que permita mejor calidad de vida
para todos, propicie la superación de la pobreza y contribuya a una economía
que no degrade sus bases naturales de sustentación.
En los próximos
años requeriremos una expansión productiva que siente bases para crear empleos
y ampliar la oferta de bienes y servicios demandados por una población en
crecimiento. Por ello se debe aprovechar los
recursos más allá de una actitud estrictamente regulativa
y constituir un proceso de promoción e inducción de
inversiones en infraestructura ambiental, en la creación de mercados
y de financiamiento para su desarrollo.
Así lograremos
hacer compatible el crecimiento económico con la protección natural y las
pautas de manejo de los recursos naturales, que requiere la existencia de leyes,
decretos, resoluciones y reglamentos que fijen leyes compatibles con
los procedimientos administrativos, sistemas adecuados e
integrados de control; la clara determinación de la autoridad de aplicación y
mecanismos de decisión y/o resolución de conflictos; los procesos de
evaluación, revisión y modificaciones periódicas, acorde con los
requerimientos y los avances de la ciencia y la técnica. En
Argentina es una política pública de aplicación nacional y obligatoria, de
acuerdo a lo dispuesto por la Ley General del Ambiente.
Una política
pública ocupa el mayor rango en la jerarquía de las normas. De ella se
desprenden leyes y regulaciones específicas. Su redacción debe reflejar esta
característica y no parecer un listado de acciones pendientes.
Los problemas
ambientales tienen como principales víctimas a las personas más vulnerables y a
las poblaciones más empobrecidas de la sociedad.
Además, la
extensión que presentan los desequilibrios ecológicos sostiene pronósticos
extremadamente negativos sobre el futuro del planeta.
La falta de un
manejo racionalmente articulado, que progresivamente remueva las causas de los
desequilibrios y atempere sus efectos, agrava el problema. Lamentablemente, la
problemática ecológica no es prioritaria para las autoridades y esto se refleja
en la insuficiencia de las áreas protegidas y en la falta de intervención en
cuestiones clave.
El tema va
mucho más allá de una cuestión banal como perversamente nos quieren
convencer. Un ejemplo muy concreto: se crea un área protegida, un
parque nacional, y creamos un comité de gestión, donde está el parque nacional
las comunidades locales, el gremio de guarda parques la provincia,
el municipio representados, todos en igualdad de condiciones. Y está escrito en
la ley: “este parque se va a manejar por consenso”. Si hubiese uno
solo de los componentes corporativos que no estuviera de acuerdo, se rompe el
consenso y el parque no podría ser manejado. Esta es una forma de entregar la
autoridad estatal, una forma de que el Estado pierda su rol en la
democracia frente a las corporaciones, queson legítimas, pero que representan
intereses particulares y no el interés nacional. El resultado de este
desamparo estatal es una alarmante situación con millones de personas
soportando injusta e indignamente sus consecuencias y con sus Derechos Humanos
básicos violados sistemáticamente.
No tenemos mas que
repetir incansablemente que si la temática del medio no se
transforma en una verdadera cuestión que atraviese toda la
administración pública y se insiste en priorizar perversamente los intereses
económicos concentrados por sobre los derechos de la naturaleza, solo
seguiremos frustrados como ciudadanos y como ecologistas.
Es imprescindible
trazar una red de observación adecuada, para monitorear el conjunto de
indicadores requeridos y precisar una estrategia integral del cuidado del
entorno, dándole un trato prioritario a la problemática, mejorando la
información a la sociedad. El éxito de estas estrategias dependerá de la
conformación de una cultura de prevención, aprovechando nuestros recursos y
mejorando la calidad de vida, donde se privilegie la
educación, la capacitación y la comunicación.
A estos objetivos
se deben incorporar decisiones y acciones específicas destinadas a su
cumplimiento con el respaldo de normas, instituciones y
procedimientos que permitan lograr su funcionalidad. Es el conjunto de los
esfuerzos para conservar las la vida humana y conseguir un
desarrollo sostenible.
Existen algunas
bases generalmente aceptadas:
• Los principios
del desarrollo sostenible.
• El principio de
responsabilidad.
• El principio de
prevención.
• El principio de
sustitución que exige reemplazar sustancias peligrosas por substitutos menos
contaminantes y procesos de alta intensidad energética por otros más eficientes
siempre que estén disponibles.
• El principio de: "el que contamina paga" para los casos en los que no se puede prevenir el daño ambiental, siempre que sea posible identificar el causante.
• El principio de la coherencia, que requiere la coordinación de la política ambiental con otros departamentos y la integración de cuestiones ambientales en otros campos (por ejemplo infraestructuras y económica).
• Principio de la cooperación,
• El principio de: "el que contamina paga" para los casos en los que no se puede prevenir el daño ambiental, siempre que sea posible identificar el causante.
• El principio de la coherencia, que requiere la coordinación de la política ambiental con otros departamentos y la integración de cuestiones ambientales en otros campos (por ejemplo infraestructuras y económica).
• Principio de la cooperación,
• La política
ambiental debe basarse siempre en los resultados de investigaciones
científicas.
Muchas veces la
falta de coordinación y de planificación de las acciones de los gobiernos han
derivado en una total ineficacia de sus políticas, y han significado, en las
cuestiones ambiente y de infraestructura, la necesidad de volver al principio,
a cero. Por ejemplo, las muy pocas veces que se han establecido medidas anti
contaminación de los cursos de agua, se acciona contra diversas empresas, pero
no se tienen en cuenta los basureros a cielo abierto, que siempre se encuentran
a la vera de los ríos, o se vierten líquidos cloacales sin tratamiento alguno,
o simplemente se fugan efluentes con la complicidad de ciertos funcionarios que
desvían la mirada.
Si se emprende una
campaña no se pueden dejar fisuras o empezar por pequeñeces. No sirve llevar a
los niños de jardines de infantes a juntar papelitos, mientras se deja que una
poderosa industria desvíe su efluente contaminante de la planta de tratamiento.
No es eficiente
hacer un llamado a la adhesión voluntaria a un plan de producción limpia, al
que acudirán los que siempre colaboran, pues aquellos a quienes la producción
limpia no les interesa seguirán contaminando libremente.
Es muy difícil
elaborar, acordar y ejecutar una política ambiental alejada del disparate si no
nos planteamos desmitificar la cuestión ambiental, poniéndola dentro de la
sociedad y al servicio de los intereses de nuestra sociedad, dentro de la
política (cosa pública) como ocurre con la educación y la seguridad.
Y esto implica
poner a la investigación científica al servicio de los intereses nacionales,
con la promoción del Estado y las universidades y no al servicio de la
currícula personal de los investigadores y promovidas exclusivamente por
fuentes internacionales.
Es importante
tener en cuenta que la elaboración de una política ambiental regional satisface
importantes necesidades para todos los sectores de la vida local. Necesita que
cada comunidad regional haga un balance del medio sobre el proceso histórico de
desarrollo regional.
También exige
elaborar un diagnóstico actualizado, definiendo cómo esa realidad es
afectada por su entorno económico, social, cultural. Cada región
muestra una realidad específica, con sus recursos y
potencialidades, en la diversidad y magnitud de los problemas que debe
enfrentar, en las capacidades y compromisos de sus instituciones y en la
población. Asimismo, la política obliga a cada comunidad a revisar
sus desafíos futuros y priorizarlos, establecer plazos para su cumplimiento,
definir los recursos necesarios y las responsabilidades que corresponden a cada
sector como: público, privado, académico, gremios, organizaciones de base y de
los ciudadanos en general, como también señalar aquellas tareas que requieren
el concurso de diversos actores de la región.
Con esta
información ideal en la mano, o en su defecto, con el saber local disponible,
se hará una convocatoria estatal asociada en cada provincia de nuestro país,
sobre un área limitada a los fines de discutir con los productores y
comunidades una estrategia sustentable para el desarrollo local y un proceso de
transferencia de tecnología disponible en el país.
La idea es que, si
esa estrategia deviene en los proyectos con la
participación de productores y logra resultados positivos
debería ser un punto de referencia para su réplica a nivel provincial. Iría de
lo particular a lo general en la ejecución, con una política
centralizada por región.
En esa
estrategia no nos proponemos una guerra entre la soja y la ganadería, ni entre
la agricultura y los bosques nativos, ni entre conservación y desarrollo, sino
una concentración entre intereses que deben considerarse
legítima todos por la convocatoria del Estado, que es la única
fuente genuina en nuestro orden constitucional. Tiene que haber
un punto de convocatoria, de encuentro, de organización, que pueda
ordenar todos los factores, todas las corporaciones e
intereses que están en lucha. Lo que e falta en Argentina son estos
puntos democráticos estatales.
Los intereses
nacionales están relacionados a la capacidad de sostener la producción de
alimentos conservando el suelo, las aguas y la diversidad terrestre y
acuática.
Aprovechar
racionalmente nuestros recursos hídricos -marinos y fluviales- y de conservar
los bosques nativos que entornan a los segundos y suelen ser sus cabeceras de
cuencas.
Recuperar los
suelos en proceso de desertificación; proteger los escenarios
naturales que demanda el turismo nacional e internacional; resolver
el tratamiento y disposición de residuos urbanos peligrosos; dar
claras señales de lucha contra la contaminación, focalizando la gestión y no la
propaganda en la prioridad Matanza-Riachuelo; preparar a la
industria para la anulación de impacto negativo y para implementar
prácticas ambienta defendibles ante las crecientes barreras para-arancelarias
que imponen los países desarrollados y diversificar nuestra matriz energética
con la generación de energías limpias., serían grandes logros para la
Argentina.
Cada sociedad
tiene una prioridad social o económica diferente. El grado de
interés dependerá de la realidad en cada región. Pero la prioridad
social de los argentinos se relaciona más con sus necesidades
básicas, aunque: ¿No es una cuestión básica el tener en cuenta el
cuidado de nuestro país?
El ambiente
también necesita iniciativas y programas que abarquen los desafíos que hoy
enfrenta el mundo. En la Argentina pasa a ser un tema más
dentro de una larga lista de promesas. Tal vez entonces sea hora de que todos
los habitantes de la nación incluyamos el tema ambiental en nuestra agenda.
La política
ambiental es la transformación y mortificación de objetivos con fines para
mejorar el medio, conservar los principios ambientales y naturales de la
existencia humana y fomentar un desarrollo sustentable.
Muchas son las
pautas de la falta de sustentabilidad de los procesos provisores y colectivos
que llevan al desarrollo de los países, los que repercuten en problemas como la
creciente urbanización de América Latina. La indigencia urbana y los cinturones
de marginalidad, la producción sin control ni medidas ambientales, el
empobrecimiento de las opciones naturales y
el estallido indiscriminado, además de la creciente contaminación del suelo,
agua y aire, la pérdida de los bosques y la desertificación, la disminución de
la capa de ozono, y tantos otros, son problemas hasta hoy sin solución.
Se necesita llamar
la atención en cuanto a que la transformación genera mayor vulnerabilidad sobre
las opciones naturales y mayor daño.
Sin embargo, esto
no significa que se esté contra la transformación económica. Lo que ocurre es
que, sin representaciones ambientales competentes y sin una comunidad civil
alerta, consciente, congregada y asociada, este desarrollo económico y
accesible puede llevarnos a la pérdida del patrimonio ambiental y natural, base
de muchas de las pujanzas y factibilidades futuras de los seres humanos.
Hace un par de
décadas, el medio no formaba parte de las principales preocupaciones de los
hombres. Hoy en día, en cambio, la conciencia de que el lugar en el cual
vivimos no es una opción invulnerable e inagotable se está instalando en la
agenda pública de los Estados y en la cultura de las sociedades actuales.
A pesar de esto,
el cometido de las políticas ambientales se halla aún en pañales frente a los
urgentes retos de los siguientes años, y no es difícil pensar que participaremos
de una profunda nueva mirada ambiental de la política y el desarrollo.
El problema de la
misión ambiental depende, especialmente, de los políticos, que no son
diferentes del resto de la comunidad. Los gobernantes, como el resto de los
humanos, tienen una conducta poco previsora. ¿Cuántos de nosotros nos colocamos
el cinturón de seguridad en los automóviles por miedo a las multas y no como
medida de prepararse ante un accidente? Con la capacidad actual del
conocimiento, se podrían llevar a cabo evaluaciones que evitarían muchas dudas
sobre el ambiente. En algunas oportunidades se toman determinaciones que, no es
que vayan en contra del conocimiento científico, sino incluso contra el
entendimiento común.
El proyecto y el
establecimiento de una política ambiental en los países en
desarrollo, se debe tomar como un condicionante importante para lograr la
similitud e imparcialidad, la transformación económica y la conservación del
ambiente.
Dicha política
ambiental deberá integrar características de estabilidad a través de los
años; consistencia con el desempeño fundacional y universal; y teniendo en
cuenta la cantidad de dirigentes públicos y privados, así como de las
condiciones políticas, sociales y económicas municipales. El triunfo de la
misión ambiental deberá basarse en una clara explicación de objetivos y
prioridades que, además, debe ser coherentes con las necesidades reales de la
sociedad humana.
Es muy difícil
acordar, preparar, y llevar a cabo una política ambiental alejada de
lo inverosímil, si no nos planteamos desmitificar el tema de lo silvestre o
salvaje, convocándola dentro de la colectividad y al servicio de los intereses
de nuestra comunidad, dentro del gobierno como ocurre con la seguridad y la
educación.
La política, la educación y el desarrollo
sostenible en la Argentina
El desarrollo
sostenible es para América Latina, como un sueño, que a pesar de ser por todos
soñado, es hoy día por pocos alcanzado. Muchas son las pautas de la
falta de sustentabilidad de los procesos provisores y colectivos que llevan al
desarrollo de los países, los que repercuten en problemas como la creciente
urbanización de América Latina. La indigencia urbana y los cinturones de
marginalidad, la producción sin control ni medidas ambientales, el empobrecimiento
de las opciones naturales y el estallido indiscriminado, además de la creciente
contaminación del suelo, agua y aire, la pérdida de los bosques, aumento
de desiertos la disminución de la capa de ozono, son problemas hasta hoy
sin solución.
Por ejemplo: las
muy pocas veces que se han establecido medidas anti contaminación de los cursos
de agua, se acciona contra diversas empresas, pero no se tienen en cuenta los
basureros a cielo abierto, que siempre se encuentran a la vera de los ríos, o
se vierten líquidos cloacales sin tratamiento alguno, o simplemente se fugan
efluentes con la complicidad de ciertos funcionarios que hacen la vista gorda.
Las políticas ambientales, sobre todo aquellas dirigidas a frenar el daño que
causa la contaminación deben ser a todo o nada, es decir que si se
emprende una campaña no se pueden dejar fisuras o empezar por pequeñeces. No
sirve llevar a los jardines de infantes a juntar papelitos, mientras se deja
que una poderosa industria desvíe su efluente contaminante de la planta de
tratamiento. No es eficiente hacer un llamado a la adhesión voluntaria a un
plan de producción limpia, al que acudirán los que siempre colaboran, pues
aquellos a quienes la producción limpia no les interesa seguirán contaminando
libremente.
Se debe hacer
hincapié en la necesidad de un cambio en el modelo productivo que permita
poner la economía al servicio de la gente y del ambiente, para esto es
necesario que se trabaje desde la educación en una educación para el desarrollo
sostenible en forma multidisciplinaria y transversal, con el objetivo de que
los alumnos desarrollen proyectos concretos de intervención sobre los tema
biológicos y naturales en las escuelas.
Se debe
ofrecer a todos los docentes herramientas conceptuales y metodológicas para
abordar el tema de la conservación, cuidado y uso sustentable de nuestros
recursos en el aula, siendo la escuela un espacio multiplicador de los mensajes
sobre la preservación del entorno natural.
Esta educación
debe ser un proceso multidisciplinario, planificado y continuo destinado a la
construcción crítica de conocimientos, valores y conductas ambientales y que
basado en la justicia social y el respeto por la diversidad biológica y
cultural posibilite el desarrollo sustentable a nivel local y regional; el
reconocimiento de la complejidad y conflictividad ambiental así como sus
causas; la formulación de modelos de producción y consumo sustentables capaces
de preservar la vida y los recursos del planeta; y el efectivo ejercicio del
derecho a un ambiente sano.
La educación para
el desarrollo sostenible deberá integrarse en todos los niveles educativos
obligatorios, tanto provinciales como nacionales y su complementación deberá
efectuarse de manera transversal en los lineamientos curriculares para cada
nivel educativo obligatorio, a través de una perspectiva entre
disciplinas y compleja que construya un concepto de ambiente desde las
interacciones e influencias mutuas entre la naturaleza y la sociedad en todas
sus dimensiones (cultural, económica, histórica, política y territorial) tanto
en la educación formal como en la educación no formal.
Cada sociedad
tiene una prioridad social, económica o política diferente. El grado de interés
dependerá de la realidad que les toque vivir a cada una de ellas. Es cierto que
la prioridad social de los argentinos hoy se relaciona más con sus necesidades
básicas. ¿Pero no es una cuestión básica tener en cuenta el cuidado
de nuestros propios recursos naturales?
El ambiente necesita
iniciativas y programas que abarquen los desafíos que hoy enfrenta el país y el
mundo. Pero en la Argentina pasa a ser un tema más dentro de una
larga lista de promesas.
Tal vez entonces
sea hora de que todos los habitantes incluyan este tema climático en nuestra
agenda.
Una serie de
objetivos como conservar los principios naturales de la vida humana y fomentar
un ecosistema sostenible con el fin de incorporar decisiones y acciones
específicas destinadas a su cumplimiento, con el respaldo de normas,
instituciones y procedimientos que permitan lograr sufuncionalidad. Porque
designa un conjunto de acciones, diseñadas habitualmente por el Estado, que se
consideran indispensables para lograr una ordenación racional del ambiente; y
que de no mediar tales acciones sería imposible de lograr. La política
ambiental es, por decirlo de una manera simple, la respuesta a la pregunta
sobre el ¿qué hacer? para conseguir una ordenación racional del ambiente. Se
trata, en síntesis, de determinar cómo debe actuarse sobre la realidad para
generar ciertos efectos ambientales positivos, que de acuerdo con las
tendencias actuales, de esta realidad no podrían generarse. Muchas veces la
falta de coordinación y de planificación de las acciones de los gobiernos ha
derivado en una total ineficacia de sus políticas, y han significado, en las
cuestiones ambiente y de infraestructura, la necesidad de volver al principio,
a cero.
Por ejemplo, las
muy pocas veces que se han establecido medidas anti contaminación de los cursos
de agua, se acciona contra diversas empresas, pero no se tienen en cuenta los
basureros a cielo abierto, que siempre se encuentran a la vera de los ríos, o
se vierten líquidos de cloacas sin tratamiento alguno, o simplemente se
fugan efluentes con la complicidad de ciertos funcionarios que hacen la vista
gorda. Llevar a cabo una buena planificación ambiental significa desarrollar un
buen plan de manejo ambiental donde se deben establecer las acciones que se
requieren para prevenir, mitigar, controlar, compensar y corregir los posibles
efectos ambientales negativos causados en desarrollo de un proyecto, obra
o actividad incluyendo también los planes de seguimiento, evaluación y
monitoreo. Implementar una política ambiental en los países
actualmente en desarrollo, se erige como una condicionante importante para
lograr la equidad, el desarrollo económico, el cuidado del ambiente. Dicha
política ambiental deberá reunir características de:
-Consistencia de
estabilidad a través del tiempo.
-Consistencia con
el desempeño institucional y general.
-Consistencia de
las capacidades de liderazgo público y privado, así como de las condiciones
económicas, políticas y sociales municipales. Aún más, el éxito de la
gestión deberá fundarse en una clara definición de objetivos y
prioridades que, además debe ser congruentes con las necesidades reales de la
sociedad, sobre todo aquellas dirigidas a frenar el daño que causa la
contaminación.
Si se emprende una
campaña no se pueden dejar fisuras o empezar por pequeñeces. No sirve llevar a
los niños de los jardines de infantes a juntar papelitos, mientras
se deja que una poderosa industria desvíe su efluente contaminante de la planta
de tratamiento. No es eficiente hacer un llamado a la adhesión voluntaria, a un
plan de producción limpia, al cual acudirán los que siempre colaboran, pues
aquellos a quienes la producción limpia no les interesa seguirán contaminando
libremente. Gran parte del problema de deterioro ambiental en aquí
Sufrimos
perjuicios por las inundaciones rurales y urbanas, por los suelos
desérticos y la deforestación.
Más del 22% de los
habitantes d carecen de agua potable y al menos el 44% no tienen cloacas.
Enfrentamos el problema de qué hacer con los desechos. Debemos promover la
industria del reciclaje. Estamos ante la depredación de la pesca, y hay otros
muchos casos que afectan el desarrollo, la salud, los intereses y el bienestar
de los ciudadanos. Siempre se reacciona cuando ocurren las crisis, pero no se
piensa ni se actúa para prevenirlas. Es por eso que la municipalidad
es debería dar origen a una Secretaría de desarrollo para que
planifique la evaluación de los proyectos a en el Municipio, que determine
cuales d tienen efectos sobre el ambiente o sobre la salud de la población y
que garantice la participación de los vecinos en consultas sobre dichos
proyectos conforme a las leyes a fin de capacitar a los
técnicos y profesionales en los temas relacionados con la gestión ambiental. Esta
secretaria serviría para:
Que las
autoridades se comprometan a resolver el problema de los residuos sólidos
urbanos, creando un programa progresivo que permita la reducción, reciclado y
reutilizar de los residuos producidos en las casas de
familia, cerrando los basureros abiertos actuales poniendo en marcha
una solución.
Realizar un
elevamiento médico de epidemias para determinar las causas de enfermedad en la
zona urbana y rural es implementar un registro confiable y poner en marcha un
plan de salud acorde con los resultados obtenidos. ? Sanear los cursos de agua
urbanos y rurales (arroyos, ríos, canales y zanjones) en pro de la salud
comunitaria. Promover la educación ambiental como herramienta para
la formación de las nuevas generaciones en ámbitos formales y no formales.
Esta Secretaría actuaría como la Autoridad de Aplicación en cuanto a los problemas ambientales y sería la generadora de las ordenanzas municipales referidas a la gestión, al uso y saneamiento del agua, a fin de implementar y gestión de la educación ambiental.
La elaboración de
una estrategia ambiental y regional satisface importantes
necesidades para todo el sector local, demanda, que cada
comunidad haga un balance ambiental sobre el proceso histórico de
desarrollo regional.
Exige elaborar un
diagnóstico actualizado, definiendo cómo esa realidad es
afectada por su entorno económico, social, cultural. Cada región
muestra un medio específica en sus recursos naturales y potencialidades, en la
diversidad y magnitud de los problemas que debe enfrentar.
Conclusión
La manera de
combatir contra el daño del ecosistema es tomando la
decisión de empezar a ocuparnos seriamente por los
problemas de la contaminación de aguas, de suelo, de aire, por los
árboles, la salud, los animales, el cambio
climático y en definitiva por el ambiente natural y artificial en donde
conviven los seres humanos.
No se cuenta aún con una
institucionalidad legítima y eficaz, que nos aleje de la senda de una
insostenibilidad que daña el patrimonio natural, deteriora la calidad de la
vida de las personas y siembra condiciones para los conflictos sociales. Muchas veces la falta de coordinación y de planificación de las acciones
de los gobiernos ha derivado en una total ineficacia de sus políticas, y ha
significado, en las cuestiones ambiente y de infraestructura, la necesidad de
volver al principio, a cero.
No existe en el
mundo una autonomía ecológica: la contaminación no reconoce fronteras. La
precaución es uno de los principios aceptados por gobiernos y entidades
internacionales; proporciona una guía sobre cómo intervenir, cuando es
necesario, de manera menos perjudicial y a su vez es una herramienta para
definir las decisiones que afectan al cambio
climático. Asimismo, actúa sobre una línea que atraviesa diferentes
disciplinas y hace foco sobre la calidad de vida de los ciudadanos presentes y
futuros.
No se cuenta aún con una
institucionalidad legítima y eficaz, que nos aleje de la senda de una
insostenibilidad que daña el patrimonio natural, deteriora la calidad de la
vida de las personas y siembra condiciones para los conflictos sociales. Muchas veces la falta de coordinación y de planificación de las acciones
de los gobiernos ha derivado en una total ineficacia de sus políticas, y ha
significado, en las cuestiones ambiente y de infraestructura, la necesidad de
volver al principio, a cero.
Se debe entender
que el diseño e implementación de una política ambiental se erige como una
condicionante importante para lograr la equidad, el desarrollo económico e
indiscutiblemente, el cuidado del ambiente. Dicha política ambiental deberá
reunir características de estabilidad a través del tiempo; consistencia con el
desempeño institucional y general; y de consideración de las capacidades de
liderazgo público y privado, así como de las condiciones económicas, políticas
y sociales municipales. Aún más, el éxito de la gestión ambiental deberá
fundarse en una clara definición de objetivos y prioridades que, además debe
ser congruentes con las necesidades reales de la sociedad.
La naturaleza necesita de políticas,
iniciativas y programas que abarquen los desafíos que hoy enfrenta el país,
pero aquí pasa a ser un tema más dentro de una larga lista de promesas. Es una
decisión de toda la dirigencia renunciar a los problemas
de fondo. Es hora de que todos lo incluyamos en nuestra agenda.
Existe ausencia de políticas
sustentables que traten los problemas actuales; sólo se emparcha y de
esta manera no se avanza. El problema no son las leyes en sí sino
cumplirlas. En muchos casos son imposibles aplicarlas, o nadie las
controla.
Dedicatoria:
Quisiera dedicar este trabajo de investigación a mi madre, Maria Cristina Bosch, quien me ha apoyado desde que tengo conciencia y me ha acompañado en todos mis emprendimientos. -
Cristián Frers –
Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social
(Periodista).
